Héctor Suárez (I). Alquimista de la actuación
Por Juan Cervera Sanchís Jiménez y Rueda - 13 de Julio, 2012, 10:51, Categoría: México Siglo XX: Mosaico de personalidades
– ¿Y dónde te criaste? –En la colonia Obrera me acunaron y ahí crecí... Hasta que conocí a Argentina a los veintiún años de edad. Por Argentina, por esa mujer salí de mi barrio. –Era Argentina de origen argentino. –No, no, era mexicana, pero ahora que me preguntas eso me recuerdas algo que no había pensado en relación con el nombre. – ¿Qué te recuerdo? –Me recuerda otro cambio rotundo en mi vida. Cuando dejé el alcohol. Tiene también que ver con el nombre de Argentina. Fue en Buenos Aires, Argentina, donde un día me dije: Se acabó. Y se acabó el alcohol para mí. – ¿Cómo decides dedicarte a la actuación? –Si quieres que te diga la verdad, mano, fue por accidente. – ¿Cómo estuvo eso? –Para empezar te diré que soy un hombre que cree profundamente en el destino. Tanto que creo que desde antes de nacer, inclusive, escogemos a nuestros padres y la manera como hemos de vivir. – ¿Con qué fin? –Para pagar las deudas de otras vidas. – ¿Qué pruebas tienes de todo eso? –La vida no es un caso policíaco. Estas pruebas son de otro orden. Te diré que soy un buscador. Creo en la reencarnación. Pero… –Entiendo. Ahí lo dejamos. Hablemos de tu carrera teatral y artística. –Sí, sí. ¡Ah!, te decía que fue por accidente. La culpa la tuvo una española llamada Rosa María Monserrat, quien era novia de Sergio mi hermano mayor. Eran los tiempos en que yo estudiaba arquitectura en – ¿Y…? –Pues así como el que no quiere la cosa, y sin darme cuenta me cayó el centavo de tanto oír a Rosa María diciéndome que estudiara actuación, un día fui de oyente a las clases que daba don Carlos Ancira. Al terminar me levanté y le pedí al maestro que me pusiera algunos ejercicios. Me miró de arriba hacia abajo y tras preguntar a los demás: ¿Quién es éste?, y un poco con son de burla sometió a votación mi petición. Pensé que se iban a reír de mí, pero después que votaron don Carlos me puso ocho ejercicios. En lugar de reírse, me aplaudieron. Desde aquel momento hazte cuenta que me inyectaron algo extraño. Sentí que me volví loco y desde aquel momento no quise ser otra cosa que actor. Me faltaba un semestre para terminar la carrera de arquitecto. Fue un broncón enorme con mi familia. Lo menos que me tildaban era de loco de remate. Pero como yo cuando tomo una decisión soy el tío más bruto del planeta, nadie pudo doblegar mi determinación. Estaba enloquecido por ser actor y comenzó en aquel momento y desde aquel momento este camino por el que no he podido dejar de transitar. Recordé entonces que desde niño me gustaba la actuación, pues antes de estudiar arquitectura trabajé siendo un chiquillo con mi tío que era sastre, él me llevaba al cine, recuerdo muy bien que íbamos al Estrella y a otros, lo mismo a las "Carpas". Viendo aquellas películas y aquellos actores de carpa creció mi admiración por los grandes actores cómicos Charles Chaplin y Jesús Martínez "Palillo". Algo que me impresionó una barbaridad cuando yo apenas tenía ocho años fue, estando con mi tío en *********************** * Exclusiva para NOTIMEX. Sin fecha y sin año. * Foto tomada de: http://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/111163.html |
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