El tequila y las canciones
Por Juan Cervera Sanchís - 22 de Agosto, 2010, 23:46, Categoría: MUSICA TRADICIONAL MEXICANA
Por Juan Cervera Sanchís El tequila, que en el mundo
precolombino estaba reservado para uso exclusivo de sacerdotes y ancianos, así
como para aliviar los dolores provocados por la artritis, frotándolo en las
articulaciones de la persona enferma, terminada la conquista y establecido el
virreinato, hubieron de pasar cien años antes de que las autoridades virreinales
decidieran levantar la prohibición que establecieron sobre esta bebida
autóctona. Pese a dichas prohibiciones, y de manera
clandestina, los naturales no dejaron nunca de elaborarla y consumirla. La prohibición fue levantada el
año de 1640. No obstante, posteriormente, en varias ocasiones volvió a ser
prohibida. Así hasta su legalización definitiva en 1795 en que José María
Guadalupe Cuervo recibió una concesión real para su fabricación y
comercialización. Surgirían después otras destilerías de renombre y, algunas,
aún vigentes, como las de Cenobio Sauza en 1673. Más tarde aparecieron otras como
Orendáin, Corona, Romero, González, Ruiz... Ya a mediados del siglo XVIII, el
tequila, había recobrado su prestigio prehispánico en la nueva sociedad criolla
y mestiza al calificar el médico español Jerónimo Hernández “sus buenas cualidades,
tomado con moderación, para las vías respiratorias y gripe, tónico nervioso y
estimulante digestivo”. Afirmado esto públicamente por el
galeno Jerónimo Hernández, todos lo creyeron. ¡No faltaba más! Pero, entonces, todavía,
aunque todos se alegraban con tres copas de tequila, no tenemos noticias de
canciones donde se cantaran, propiamente, las coreadas virtudes de la
estimulante bebida. Los cantores del tequila en
nuestra música popular no se remontan más allá de sesenta o setenta años atrás.
Entre los compositores y cantores que rinden culto al tequila con mayor devoción
y fervor, uno de los más insistentes y apasionados es José Alfredo Jiménez y en
varias de sus populares canciones así lo testimonia. ¿Quién no recuerda, entre nosotros,
aquellos versos de “Ella” que dicen: “Pero aquellos mariachis/ y aquel tequila
me hicieron llorar”? Tras esta inolvidable canción, José
Alfredo compondría otra titulada “Ella volvió”, que es una contrarréplica a la
primera. Ahí manifiesta: Ya estoy al estilo
Jalisco, pero ahora el
tequila en vez de agüitarme me vuelve todo feliz. Esta canción francamente no gustó
y cayó por completo en el olvido. En “Llegó borracho el borracho”
escuchamos: “Pidiendo cinco tequilas”. ¡Bárbaro! ¿Exageraba José Alfredo o
retrataba una realidad por él conocida? Sus canciones suelen ser estampas o
fotografías de hechos, al parecer, vividos. En “Tu recuerdo y yo”, expresa: Estoy en el rincón
de una cantina oyendo una canción
que yo pedí... y, habitual en él: Me están sirviendo ahorita mi tequila. Ese es José Alfredo, aunque de ninguna
manera es en solitario el único cantor del tequila. La presencia de la
histórica, legendaria y antiquísima bebida, llena también el vaso, el verso y
la música de Pepe Guízar. En su canción “Como México no hay dos” canta: San Francisco,
Hollywood y sus artistas: la Marlene, la
Greta, ¡ay Dios!, pero yo prefiero un
trago de tequila, porque
vamos...vaya... claro, hombre, como México no hay dos. Y, el mismo autor, en “El
Mariachi”, hace que las mejores voces de su tiempo canten: Monto en pelo y bebo
en jarro, la tequila es mi mujer. Es el único que cambia de género a
la bebida. De muy macho que es el tequila, Pepe Guízar, curioso ¿no?, lo
transforma en hembra del charro bravío. Se advierte que es una hembra muy hembra,
malabarismo del subconsciente, La Tequila, la compañera del mariachi que monta
en pelo y bebe en jarro. Fuera de él, para todos los cantores,
el tequila es el tequila. En “¡Ay, Jalisco no te rajes!”, de Esperón y Cortázar
se Canta: Oír cómo suenan esos
guitarrones y echarme un Tequila con los valentones. Sí, porque se deduce que es cosa
de valientes echarse un tequila. Cortázar, el letrista o, mejor dicho, el
poeta, insistirá en el tequila, unido al limón, en una canción un tanto
entrañable: Y beber en un
jarrito un tequila con limón. Por su parte, Chucho Monge, en “P’a
que me sirve la vida”, redunda: Yo la cambio por tequila. Cambiar la vida por tequila. ¡Ah,
caray! A su vez, Alfredo D’Oray, nos hará
la pintura musical de La Tequilera: Borrachita de
tequila llevo siempre el
alma mía, para ver si se mejora de esta cruel melancolía. A lo que añade: Me llaman La
Tequilera como si fuera de
pila, porque a mí me bautizaron con un trago de tequila. Ramiro Hernández, en “Voy de
gallo” hace cantar a muchos: Voy de gallo con mis
cuates diez mariachis y tequila. Pancho Michel, en “El Aventurero”,
afirma y reafirma: Yo juego baraja y sé parrandear, lo mismo les tomo tequila y mezcal. Guadalupe Trigo, en “Mi ciudad”,
tampoco se olvidó de la histórica, tan real y presente bebida, pues hoy por hoy
reina en todos los ámbitos del planeta, y nos dejó su testimonio tequilero en
este verso: Baila al son del tequila y su valentía. El tequila es raro que aparezca en las letras de las canciones actuales, aunque, sin duda alguna, intérpretes y compositores de hoy, entre nosotros, al celebrar sus triunfos, brindan alegrando su lengua con granitos de sal, rajitas de limón, polvo de chile piquín y, naturalmente, un espléndido sorbo de tequila.
Permalink
~ Comentar
| Referencias (1)
Etiquetas: tequila, canciones mexicanas, jose alfredo jimenez, musica mexicana, Chobojos, MUSICA, Mexico, alcohol
|
Calendario
Baja gratis el PDF de:![]() Secciones
Archivos
Sindicación RSSCHOBOJOSSitios Amigos |