Por Elena Ramos Moreno (Eleram)
Recorres los montes y valles
en busca de tu veta
donde te da la fortuna
su celoso guardián
Con tu manita de mono
la suerte te guía
fuertes chicozapotes
te ofrecen su savia exquisita
Sube hasta la cima
tasajea zigzagueando su vereda
donde resbala lentamente la resina
que embolsas en la manta como seda
Ya el caldero se calienta
con la leña encendida
soplándole al fuego
que recibe la savia bendita
Muévele, muévele! Chiclero
no dejes de mover
que ya mero queda listo
para poderlo agradecer
Apiladas todas juntas
listas quedan las marquetas
que vueltas chile están
con tu sello encima
Chiclero, chiclero,
lleno de sudor en la frente
miras al chicle con satisfacción
el regalo del trabajo magnificente.
07-abril-2008