Por Juan Cervera Sanchís
¿Quién tapó el pozo? ¡Ay!, el pozo aquel donde nunca se ahogó ningún niño y embellecía
el patio de mi casa. Aquel pozo donde mi madre refrigeraba las sandías, introduciéndolas
en un canasto de caña, y sumergiéndolas en sus aguas salobres, durante las tórridas
noches del verano.
¿Quién tapó aquel pozo, ahogando en él tantos y tantos
recuerdos míos y de nadie más?
El pozo, sí, aquel pozo donde las tortugas conversaban con
las avispas y mi alma de niño con las golondrinas.