Esta mañana al despertarme
sentí el fresco roce de tus labios sobre mi piel
Qué emocionante sensación,
mil y un recuerdos llegaron a mi mente:
tu infatigable búsqueda del amor en mí,
tu suave deslizar del pensamiento
atrapado entre tus manos y las mías
tu fascinante ternura y candidez
cuando en la pantalla exhibían "El Cóndor"
bajo la suavidad de tus besos, algunas veces titubeantes...
Con el tiempo, algunos recuerdos desaparecen,
otros, se quedan impregnados en la piel,
en la mente, en el espíritu;
son las improntas que el tiempo no borra
y que gota a gota van dejando marcadas nuestras vidas
Tú eres una de ellas en la mía,
porque ahora, después de tantos años, casi 30...
vuelvo a sentir tu cercanía y
aquella ternura con que me cobijabas,
ya en el trolebús, cuando íbamos de regreso a casa,
ya en el lecho, cuando te alojabas
Hemos sido y seremos los eternos amorosos
aquellos que más allá de la muerte, estaremos unidos
por un extraño lazo de amor, de amistad, de deseo,
de insondables sentimientos de advertidas contradicciones.
Julio Torres Jiménez