Por más elegantes que se presenten ante nuestros ojos, por más títulos y honores que ostenten, presumiendo de damas y caballeros; ellas y ellos no dejan de ser lo que son: bestias esclavas de sus instintos primarios, por más que los disimulen con sus modales y sus vestidos.
Hablo de los llamados seres humanos, mujeres y hombres, inventores de coloridas fábulas y criaturas ideales, como los dioses, los santos, los héroes y los ángeles.
Juan Cervera Sanchís