De: Baladas de la Ciudad
En torno al hotel de paso
taconea
viendo cómo pasa el tiempo
y los clientes que no llegan.
A ratos, junto a una esquina,
sombra negra,
recuerda sus veinte años
y envidia -¡cómo es la envidia!-
a todas las veinteañeras.
Cada noche es más difícil
su tarea,
y, en torno del hotel de paso,
espera y se desespera
aguardando que un borracho
coma de su carne en venta.
Juan Cervera Sanchís