
XLI
Silba la antena
de la televisión
en la azotea.
XLII
Deshoja el tiempo
sin piedad la memoria
de los espejos.
XLIII
¡Qué maravilla!
Por el tronco del árbol
sube una hormiga.
XLIV
La mariposa
se detiene un instante
sobre la rosa.
XLV
El ruiseñor
se deleita escuchando
su dulce voz.
XLVI
Cuando yo muera
dispersad mis cenizas
por las veredas.
XLVII
El airecillo
mueve suavemente
el frágil nido
XLVIII
Caen las hojas
del viejo limonero
tristes y absortas.
XLIX
Por la ventana
entreabierta al misterio
entra un fantasma.
L
Siento de pronto
que huye y huye mi vida
rumbo a lo ignoto.