No son usuales las canciones que utilizan las palabras esdrújulas –aquellas que se acentúan en la penúltima sílaba-. Alonso Marroquín nos presenta hoy una letra para canción, en busca de músico, pletórica (palabra esdrújula) de palabras esdrújulas (palabra esdrújula también).
En México se cantó mucho en los círculos familiares una canción que se volvió popular: El Murciélago. Era del tipo de canciones que nunca se transmitieron por la radio y, sin embargo, dada su singularidad, se conservó por mucho tiempo de boca en boca, hasta que la oleada comercial y la ausencia de los "momentos para compartir" fueron haciéndose más esporádicos (otra esdrújula) y en la actualidad podemos considerarla prácticamente (esta es palabra sobresdrújula) extraviada. Veamos la letra de Marroquín, con la promesa de que en un artículo próximo publicaremos la letra de El murciégalo, como dirían los niños al "cuatrapear" las sílabas.
Sin perder la brújula: Chobojo Master
Íntimos amigos únicos
Bárcenas, Cástulo y Sóstenes
médico, músico y pícaro
son íntimos, próximos, únicos,
y siempre se han llevado bien.
Estaba Bárcenas famoso médico
con un paciente de gesto rígido.
Checóle el hígado y todos sus órganos
y, finalmente, diagnosticó:
A usted sucédele, querido y célebre
amigo mío, que por erótico
se ha puesto flácido y también muy pálido.
Es consecuencia de su pasión.
Desde este sábado tome la zábila
pero no espere usté algo mágico.
Mejor resígnese o voy mandándole
otra receta: compre almidón.
Bárcenas, Cástulo y Sóstenes…
Tocaba Cástulo excelso músico
todas las tardes su dulce pícolo
él preferíalo al clavicémbalo
al arpa, corno, chelo o violín.
Entraba en éxtasis; era fantástico
cómo viajaba de modo místico.
En vuelo cósmico sus notas lánguidas
se prolongaban sin tener fin
De fino tímpano, en sala acústica,
un día domingo escuchó un cántico,
que terrorífico, lo puso lívido,
y en vez de notas soltó el orín.
Bárcenas, Cástulo y Sóstenes…
Contaba Sóstenes, tremendo pícaro
que en plan erótico él era único
Estaba incróspido, también bucólico
y a los presentes quería asombrar.
De espíritu intrépido y siempre impávido.
todos creían sus cuentos épicos.
No soy político, fantoche o crítico,
pero las damas me piden más.
Gritaron féminas con voz unánime
-Eres malísimo allá en el tálamo-.
Huyó el romántico montado en cólera
y desde entonces dejó de hablar.
Bárcenas, Cástulo y Sóstenes
médico, músico y pícaro
son íntimos, próximos, únicos,
y siempre se han llevado bien.
Alonso Marroquín Ibarra
año 2007 y corriendo