
A Rodrigo Alonso Marroquín Posada
Hoy, yo lanzo fuerte el grito
por la herencia que me dieron,
los prejuicios que me crearon,
lo monstruoso que me hicieron.
Siempre tuve imposiciones,
mil letreros prohibitivos:
no hagas esto, no hagas lo otro.
Llevo el sello de ser hijo.
Llevo el sello de ser hijo
de este mundo corrompido,
lleno de hambre y privaciones,
lleno de odios y delitos.
Donde truenan por la radio,
como coros de alabanza,
las noticias reiteradas
de las guerras que no paran;
donde, para entretenerme,
tienen la televisión
que promueve y justifica
un bello héroe galán matón.
Llevo el sello de ser hijo
de este mundo corrompido,
llevo el sello de ser hijo
sólo por haber nacido.
Este mundo que me dieron...
¿Quién lo hizo?
¿Quién lo hizo?
Lo hizo un padre, no un hijo.
Alonso Marroquín Ibarra