Chobojos, todos.
He aquí una noticia, que debiera ocupar un sitial de primerísima importancia en todas las primeras planas del mundo. Las chicas malas —entiéndase suripantas, meretrices, putas, putonas, callejeras, pirujas, mujeres de la vida alegre, piratas o piratitas, sexo servidoras, prostitutas, chicas del tacón dorado, caminadoras, esquineras, taloneras, viejas del talón, puchachas, negocitos, casquivanas, callejeras, chacachacas, mujeres de la vida, mujeres de la vida galante, güilas, pizpiretas, cortesanas, locas, bacantes, y los sinónimos que pueda aportar el chobojerío— normalmente están muy buenas, lo que nos lleva a calificarlas cono las chicas malas buenas o las buenísimas chicas malas… El notición es que ellas tendrán su propio "menumento"; —quiero decir tendrán su "estuatua", para que se entienda— en el mero corazón de La Haya, capital de Holanda. ¿Y donde más, si no?
¡Cuántos no tienen su monumento!: políticos, ladrones, cómicos, traidores, personajes de ficción, héroes o dizque héroes, locutores, guerreros, conquistadores, curas, obreros, filósofos, literatos… ¡Puffff! Nada más hay que echarle tantita imaginación para darse cuenta de que muchos, de manera merecida o no, tienen su pedestal. En Londres existe la estatua de Peter Pan; en México el cómico Javier López "Chabelo", tiene la suya; el "héroe desconocido" ocupa sitios en muchas partes del mundo; hasta los eventos, las actividades, los deportes y los conceptos tienen su monumento.
¿Y las muchachas, qué? ¿Por qué las tenían tan olvidadas si son tan requeridas? ¡Y vaya si lo son! Huelga hablar de la permanencia milenaria de su labor, de su función social y sus especialidades. Baste saber, Chobojos, que ¡por fin! van a tener un reconocimiento que puede perdurar por mucho tiempo.
Decía que, el centro histórico de la Haya, uno de los lugares simbólicos de la prostitución, se verá enriquecido con una obra de arte más, una escultura para las féminas del trutrú, a las campeonas de la cama, las calles y los escaparates.
La escultora Els Rijerse es la autora de la obra en bronce, representando a una mujer parada en el umbral de una puerta, con aspecto de seguridad en sí misma, las manos en las caderas y la mirada hacia el cielo,. La realización es consecuencia del encargo que una ex del oficio, Mariska Majoor, le hiciera a la artista. Según la exoficiante del amor la estatua va a ser una novedad absoluta. Por último, como las cosas hay que hacerlas bien, la municipalidad de Ámsterdam ya ha dado su autorización.
Así que si tienen un tiempito libre —y el billete, claro está—, esperen unos días mientras se conoce el lugar preciso, donde a finales de marzo, se instalará la obra de arte.
¡Bravísimo!
Con las ansias satisfechas, tecleó: Chobojo Master
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