En la correspondencia electrónica se escribe con una gran libertad y muchas veces soltamos nuestro subconsciente al hacerlo. Puede suceder que simplemente le peguemos a las teclas y por ahí sale la inspiración, consecuencia de una buena influencia, del momento, de nuestro estado de ánimo, de nuestros sueños o realidades. Van aquí algunos fragmentos de lo tanto que ha llegado al buzón de este Master. Los comparto con ustedes y estarán de acuerdo que son sensibilidad pura, poesía sin más, y que bien valen un espacio en el Blog.
Con la musa siempre al lado: Chobojo Master
Ayer
Ayer quise pensar qué sería mi mundo si no existieras
intenté tejer mis sueños sin entrelazar los tuyos
pretendí imaginar mi vida sin la tuya en ella
y percibir mi esencia sin tu esencia
Ayer solamente pude llorar…
María Mercé
No tengo numero cabalístico para pensar en ti,
pero tengo las gamas de los cuarzos para hacerte feliz,
donde exploraremos los rincones de tu futuro inmediato.
No tengo número cabalístico para pensar en ti,
pero tengo el ayer y hoy para armarte,
de tus pensamientos, de tus pensamientos soñados.
No tengo número cabalístico para pensar en ti,
pero tengo los mares en mis manos que tu inventaste,
esos ires y venires de tu cotidianidad.
No tengo número cabalístico para pensar en ti,
te tengo a ti.
Adela Canales
Más cerca , más cerca, allí te necesito, como todo lo que me hace falta, sólo más cerca, en contacto de espíritu y de piel, me siento muy distante del mundo y de las personas... estoy volando muy lejos, tengo miedo de no retornar... de esfumarme, pienso que nadie podrá verme ni oírme ya nunca… tengo miedo.
Graciela Diana
Tal vez todos estos años,
de haber hecho hasta lo imposible por ti,
debieron de haber sido mejores,
más dados a la vida y no al llanto,
más a la felicitación que a perdonarme.
Pero así fue como se dieron,
como crecí, viví, viviré,
como aprendí de ti la ternura,
a redimir las angustias,
y aprendí con expedientes de los jueces
que no perdonan a nadie
en el hombre abierto, sincero, indoblegable.
La Sariñana
Desde mi ventana se ve la luna:
cuarto creciente, sexto,
un octavo creciente de luna.
Cuelgo de la pared mi sombra.
Entras tu. Luz.
Tres pasos al frente, dos a un lado:
es un vals tocado por las olas.
Recojo mi sombrero,
hago un circulo.
Tu hablas un dialecto infinito
que no entiendo.
Estas ahí, yo bailo para ti.
Un suspiro, crece la luna,
Mengua el sol, cuarto menguante, medio sol,
no hay sol alguno.
Sin embargo, esta pleno de luz
El laberinto hecho de nubes.
Te colocas en su lugar el alma.
Dejemos que pasen los segundos.
Es ahora, sólo es el ahora.
Blanca Cid
… mi alma tomaba color
pero el inevitable regreso a este mundo tenía que suceder,
y ahora estoy aquí, empijamada,
sin ganas de salir,
las 12 del día,
esperando que pasen las horas
Adela Canales
Resurgiste sin el menor aviso
provocando que tiemble mi corazón,
Lagrimas de alegría
asoman a través de esa ventana
ya casi cerrada...
Resurgiste sin el menor aviso
removiendo el palpitar de mis entrañas,
Cómo pudiera yo imaginar aquella tarde de verano
con el sol desapareciendo...
Resurgiste sin el menor aviso
agitando el revoloteo de mis pensamientos,
Colores por doquier,
arcoiris escalonados
siempre pendientes de nuestro destino...
Resurgiste sin el menor aviso.
La Sariñana