La mata de Alonso Marroquín Ibarra, sigue dando. No piensen en fumar, chobojos, no me refiero a ese tipo de mata; me refiero a su capacidad creativa. Me envía al buzón, a pregunta expresa: ¿tú para quién cantas?, esta canción que lo explica todo. No desesperen, que ya este Master, más rápido que pronto, les hará llegar una serie de opiniones, mordaces eso sí, de la linda miscelánea de noticias que sacuden a nuestro país en estos días. Cosas comunes, ya saben… Por lo pronto, échenle un ojo a la letra del maese. Suena bien.
Cancioneramente, Chobojo Master
Mi canto
Estoy cantándole al que nació
a los mil niños que ya vendrán
la magia extraña que poseerán
a sus sonrisas que durarán
y a los juguetes que tuve yo
Le canto al joven que una vez fui
a los amigos que me encontré
a los lugares que frecuenté
a los ancianos que no escuché
y al vecindario donde viví
A un viejo ciego que estuvo aquí
que con sus notas me cautivó
a un cilindrero y a una canción
a un pregonero con su pregón
y a la guitarra parte de mí
Estoy cantándole a la mujer
que en otros tiempos se fue de mí
a la muchacha que conocí
a su familia que no entendí
y aquella dama que idealicé
Estoy cantándole a aquel señor
que nunca para de trabajar
aquel que piensa en estudiar
al que comprende su sociedad
y al que alimenta la evolución
Le canto al hombre que sabe ver
al semejante con su valor
al que es hermano de corazón
al que se atreve a lanzar su voz
hoy canto y siempre le cantaré
Al viejo viento le canto yo
a los senderos que caminé
a las montañas que subiré
al mar que siempre quise tener
y a todo el cielo que me miró
Aquellos sueños que no soñé
a los anhelos que siempre están
las inquietudes que no se van
a la esperanza que crecerá
y a todo aquello que ya hallaré
Alonso Marroquín Ibarra