Tu amor es distinto
me eleva y me mata
Cuando la tarde se pone de amables naranjas
silbando tonadas recuerdo tus labios
Ayer las horas se fueron ligeras, calladas
mientras sonreías y te platicaba
Sigo atrapado de tu porte digno
y siempre que me punza el alma
recuerdo un paisaje con sus calles largas
unidas al fresco de las jacarandas
En ritmo nuestros pasos, ¿qué hacías? ¿volabas?
Tus ojos de dulce se perdían
como persiguiendo la distancia
con ese susurro tan tuyo
que sonaba a suspiros o leves tonadas
Tu amor es distinto, mujer
me eleva y me mata
Estás aquí, siempre dueña de un misterio
como un perfume que transporta y pierde
te aspiro, me lleno, me enajeno
pero a las pocas horas sé que no te tengo
No he sabido mucho de tus años idos
ni cómo se formó tu gesto
ni si vamos o venimos
sin embargo no te suelto
Me parece, mujer, que tú también
estás enraizada a este hombre
por tantos años como le has puesto
viajero de tiempo completo
que siempre se te ha dado entero
Me elevas, mujer, y me matas
y así me voy consumiendo
Alonso Marroquín Ibarra