Navegante
Cuando pienso en ti, te invento.
La imaginación es así.
Pero no delineo tus formas,
trazo tu interior con los datos que tengo,
estructuro tu carácter,
armo la gama de tus emociones,
casi toco tus suspiros y deseos,
y viajo por tu eterna sonrisa.
Te veo dominando el porvenir
entre tempestades y quietudes:
dueña, señora, mujer firme
de suaves pensamientos
y mejores antecedentes,
como si fueras la mejor navegante
y conocieras a fondo
mis corrientes y mis olas.
¡La mejor intérprete de mis cartas de marear!
Despierto, regreso...
Te sé lejos de mis manos y mis sueños locos.
Me atrapa la cotidianidad
y al compás de nuevos golpes,
vuelvo a pensar en ti
y el ciclo se repite.
Tiene algún punto débil.
Ya lo romperemos
para llegar a otra realidad.
Alonso Marroquín Ibarra
Diciembre de 2005